¿Alguna vez te ha ocurrido que te encuentras en una reunión social y de repente aparece una persona que dice “Oye, yo a ti te conozco. Tu eres (tu nombre). ¿Me recuerdas? Íbamos al mismo colegio (o trabajamos juntos en aquella empresa)?»
Mi mujer dice que yo me encuentro con alguien conocido en todo sitio donde voy y yo siempre he tenido que darle la razón.
Una de esas tantas veces, me encontré con una chica con la que tuve un intercambio muy entretenido, y esclarecedor. Luego te explicaré porqué fue esclarecedor.
Resultó que habíamos sido vecinos en Venezuela, en mis años de adolescente, y ella estudiaba en un liceo que quedaba a dos cuadras de mi casa y el cual nosotros (yo y mi grupazo de amiguetes adolescentes) acostumbrábamos a visitar cada Carnaval para bañar de agua, harina y todo lo que se nos ocurriera a las chicas que allí estudiaban, justo a la hora de la salida.
Cuando ella me dijo que había estudiado en ese liceo, justo por aquellos años, mi cara se puso pálida, sentí un no-sé-qué que me recorrió todo el cuerpo, y sólo pude acertar a decirle: “Realmente espero que no hayas sido una de las víctimas de nuestras visitas carnavalescas”
Nuestra marca personal siempre ha estado con nosotros.
Cada cosa que hemos hecho, cada cosa que hemos dejado de hacer, nuestras buenas decisiones, las no tan buenas, nuestros buenos actos y aquellos que nos hacen bajar la cabeza avergonzados, todos ellos forman parte de nuestra marca personal.
Tu marca no se puede crear, porque ya está creada desde hace mucho tiempo
No es algo que podamos crear como si fuera nuevo de paquete, porque ha estado siempre allí. Por eso te decía que aquel encuentro resultó esclarecedor: Tu marca no se puede crear, porque ya está creada desde hace mucho tiempo, tanto tu marca personal como tu marca profesional, aunque ahora en nuestros días, suele llamarse “marca personal” a tu marca profesional, pero para los efectos viene siendo lo mismo.
Piensa que tu marca personal (y profesional) es la huella que ha quedado grabada en las personas con las que te has relacionado a lo largo de todos los años de tu vida, tanto de manera personal, como sentimental y laboral. Y es una huella que has creado, aún sin darte cuenta, aún sin estar 100% consciente de ello.
¿Por qué es importante reconocer que nuestra marca siempre ha estado allí?
Porque de alguna manera, tanto profesional como personalmente, debemos hacernos responsables de nuestros actos y todas sus consecuencias. Tanto de nuestros actos en el pasado, como de las cosas que estamos haciendo hoy día y las que pretendemos hacer en el futuro.
Honestidad, humildad y transparencia, los valores fundamentales de una marca personal fuerte
Es por ello que siempre defenderé la honestidad, la humildad y la transparencia como los valores fundamentales para mantener una marca personal fuerte:
- Honestidad……….pues me imagino que no requiere una explicación.
- Humildad: para poder reconocer con sinceridad tus carencias y fortalezas.
- Transparencia: para saber vivir y desarrollarte profesionalmente con todo ello.
Y para explicarme mejor, te pongo un ejemplo: Eres emprendedor y quieres desarrollar tu negocio. Resulta que consigues una empresa con la que te vendría de maravilla hacer negocios. Sería tu “cliente soñado”. (¿Quién no desea uno?)
Haciendo tu tarea, averiguas que la persona con la que debes conversar se llama Fulano de Tal. El nombre te resulta familiar, pero por más que tratas de establecer conexiones, no puedes.
Finalmente logras una cita con el Sr. Fulano de Tal. Cuando entras en su oficina, él se queda mirándote fijamente, y tras una pequeña pausa, te dice: “Tu cara me es conocida. Tu eres (pon aquí tu nombre). Estudiamos juntos en primaria. ¿Me recuerdas?”
Tu cara palidece, te retuerces incómodo en la silla y comienzas a sentir un no-sé-qué extraño. No das con su cara. No te suena familiar. Simplemente no lo recuerdas.
De aquí en adelante, puedes ponerle a la historia el final que tú quieras. Puede ser bueno o malo, es igual.
Lo importante es que veas cómo tu marca siempre ha estado contigo, aún en aquellos momentos en los que tú ni siquiera pensabas que algún día emprenderías un negocio propio, y mucho menos te imaginabas que tu mejor prospecto de negocios, iba a ser justamente un compañero de la escuela primaria.
Recuerda que tu marca personal es la huella que has dejado en todas aquellas personas con las que te has relacionado, de manera personal o profesional, en tu vida. Puede haber sido positiva, negativa o neutra, pero allí está, siempre presente.
Crédito fotografía: Steven Libralon en Unsplash
Artículos relacionados con este post:
¿Qué Tiene Que Ver Una Barbie™ Con Tu Marca Personal?
Hace poco me reencontré con unos compañeros de clase que no veía desde hacía más de 15 años. Quedamos para cenar, explicarnos cómo nos iba la vida y recordar viejas historias. Curiosamente, todos seguimos desempeñando el mismo rol que años atrás: el listo, la guapa, la líder, el despistado… Como tú dices, Joel, cada uno se trajo de casa su marca personal 🙂
Gracias por la visita, Marta, y por compartir conmigo tu experiencia. Fíjate que hay de todo en este mundo. Yo me he reunido con amigos que tengo de Venezuela y es gracioso ver la cantidad de cosas que hemos tenido que hacer mientras hemos transitado de un país a otro.
Pero como bien lo dices, nuestra marca personal la comenzamos a cultivar desde muy temprano.
Un beso grande. Ojalá nos conozcamos pronto 😀
Mi abuelo siempre decía "Genio y figura, hasta la sepultura", y es verdad, es nuestra marca personal que creamos y llevamos con nosotros desde siempre y para siempre, pero que siendo conscientes de ella, podemos trabajar y mejorar, para obtener la mejor versión posible de nosotros mismos. ¡Me ha encantado, Joel! ¡Gracias!
Lo importante es justamente eso, María Remedios: reconocerla en su totalidad, para poder trabajarla y mejorarla. Pero siempre ha estado con nosotros, para bien o para mal.
Besos y gracias por la visita 😀
Es cierto que construimos nuestra marca personal con cada uno de nuestros actos, con todo lo que hacemos y decimos y también con el modo en que lo hacemos y decimos y muchas veces no somos conscientes de ello.
Debemos ser conscientes de que estamos emitiendo señales continuamente; señales con las que proyectamos nuestra imagen. Ésta queda grabada en la memoria de los que nos rodean, para bien o para mal… para siempre.
Me gustan los valores que has destacado para crear una marca personal fuerte: honestidad, humildad y transparencia. Yo añadiría una más: coherencia. No podemos decir que somos de una manera y actuar de otra. Para ser honestos y auténticos debemos ser, sobre todo, coherentes.
¡Genial como siempre Joel, gracias!
Estuve pensando en un rato si incluía o no la coherencia, y al final no quise extender mucho más el post, y lo dejé afuera.
Definitivamente todo lo dicho, si no actuamos de manera coherente, pierde su sentido.
Gracias, como siempre, por pasarte por aquí 😀
totalmente de acuerdo Joel, aunque qué poco conscientes somos cuando actuamos de que estamos y hemos estado creando nuestra marca personal!. Gracias por tan genial artículo!
Muy poco conscientes, Esther, y es por eso que creemos (o tenemos la tendencia a creer) que una marca es algo que nos podemos sacar de un bolsillo de un día para otro.
Si fuera así de sencillo, otra historia dominaría el mundo, y no es así.
Besote grande para ti y gracias 😀
Muy cierto, Joel. Sencillo y lúcido artículo. No hay soluciones mágicas, tal como dices; vamos haciendo camino, como dijo el poeta. Es necesario aprender a aceptarnos a nosotros mismos, reconocernos en el otro; dar segundas oportunidades, si queremos que nos las den… Tus palabras me han traído a primer plano cosas que oí a mi madre, como: “Allá donde fueres haz lo que vieres” (hasta cierto punto, claro), “según trates te tratarán”. En fin, la vida da muchas vueltas, el mundo gira, como dice una canción…
Gracias por recordarme algo tan elemental, y que tanto se olvida.
Un saludo.
Un millón de gracias por tu visita y comentario, Esteban
Pues ciertamente es algo que se olvida. Hablando de memorias, mi papá solía decirme "lo único que nos llevamos al Cielo cuando morimos, son nuestras acciones. Lo demás se queda"
Tal vez si fuésemos más conscientes, en todo momento de nuestras vidas, de lo importante que son esas palabras, y de lo mucho que nos podrían ayudar nuestros buenos actos de jóvenes, en nuestra carrera profesional futura, sería diferente.
Pero si pudiéramos hacer eso, ya no seríamos adolescentes, ¿verdad?
¡Gracias nuevamente, Esteban! Un placer verte por aquí 😀